Es tiempo de comenzar los primeros ensayos en este escenario así como también exponer nuestras producciones al público en general. Es por ello que los invito a la lectura del informe correspondiente al módulo TyD de la diplomatura.INFORME
Sociedad de la Información (SI), Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), Redes Telemáticas, Computopía, Paradigma Digital, Informatización de la Sociedad, Cibercultura, Brecha Digital, Mundo Digital, son sólo algunos de los conceptos acuñados en los últimos tiempos que se tornan novedosos en lo personal a la luz del material leído.
La lectura del material teórico inevitablemente conduce a la reflexión y a generar más interrogantes que respuestas. Permite que uno se posicione no sólo como actor sino también como espectador de esta Sociedad de la Información, es decir que sin abandonar el rol de actor se puede observar como espectador aquello que esta aconteciendo desde hace algunos años en el mundo; donde la información, la comunicación y las tecnologías se combinaron dando como resultado profundas transformaciones en todos los ámbitos de nuestras vidas. La historia de la humanidad se compone de un sinfín de hechos, cambios, procesos que en todos los tiempos han generado intensas reflexiones; la diferencia se encuentra en que nosotros somos actores de ésta Sociedad de la Información.
¿Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento son lo mismo? Entre tantos conceptos y teorizaciones ¿se logrará una definición consensuada de la SI? ¿Se alcanzará algún día el ideal de Yonedi Masuda, Computopía? ¿Qué sucedió con “el deseo y compromiso comunes de construir una sociedad de la información centrada en la persona, incluyente y orientada al desarrollo, en las que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento” planteado por la Cumbre Mundial sobre la SI? ¿Por qué hay personas que aún no tienen acceso a estas tecnologías o bien si las tienen no saben como utilizarlas? ¿La Brecha Digital podrá ser reducida? Estos son sólo algunos de los tantos interrogantes que se han despertado en mí como consecuencia de la lectura del material y de autores previamente desconocidos.
El teléfono celular, la computadora, y sobre todo Internet son herramientas tecnológicas que forman parte de mi paisaje cotidiano y que han ido cobrando mayor protagonismo en los últimos 15 años generando cambios en mis hábitos y costumbres. Tanto en lo personal como en lo profesional Internet se ha convertido en la red de comunicación por excelencia sobre todo por la posibilidad que ofrece de acceder a una cantidad ilimitada de información, datos, diversos contenidos; el correo electrónico permite enviar y recibir mensajes en forma rápida así como también estar comunicados con personas al otro lado del mundo al instante a través de las aplicaciones de mensajería instantánea. Hay un hito importante que me gustaría destacar en función de la experiencia personal y tiene que ver con la cantidad de información que hay disponible en Internet. Cuando uno realiza una búsqueda de información, material teórico, o cualquier tipo de dato; aparece ante nosotros una cantidad enorme de vínculos a los que uno puede acceder, lo cuál genera una sensación de mareo, ante tantas opciones y la duda de la fiabilidad o no del material. Esto fue todo un aprendizaje que con el correr de los años me ha permitido ser criteriosa en la búsqueda y selección de información vía Internet; y en esto es en lo que habría que educar a la población, a ser concientes y criteriosos a la hora de navegar por Internet.
Ante este panorama de cambios y avances tecnológicos, la psicopedagogía como disciplina no ha quedado exenta ya que han surgido importantes novedades como son los software de evaluación y tratamiento de las dificultades de aprendizaje, la incorporación de la informática en el trabajo con niños y adolescentes con necesidades educativas especiales y discapacidad, entre otras utilidades. Con respecto a estos temas existen posiciones encontradas ya que para algunos profesionales el uso de las mencionadas tecnologías reemplazan al rol del terapeuta mientras que otros no conciben su práctica sin el uso de la mismas por considerarlas más exactas y precisas. Este dilema también abre nuevos espacios de reflexión, ya que en nuestro país no todos los profesionales tenemos acceso a los mencionados software estandarizados por sus elevados costos económicos así como tampoco se dispone de ellos en los hospitales públicos dónde los recursos son muy escasos sin embargo considero de relevancia aceptar que dichos avances son realidades que hay que tener en cuenta y analizar el impacto de las mismas en profundidad. Un desafío sería lograr una interrelación entre el trabajo clínico psicopedagógico y los nuevos aportes que brindan las herramientas tecnológicas dónde éstas últimas son utilizadas como instrumentos que son con creatividad por parte del terapeuta, de esta manera el rol del psicopedagogo se vería enriquecido. Es por esto que considero de gran importancia tener siempre presente lo que extracta el Dr. Diego Levis de la declaración de los principios de la CMSI “las TIC deben considerarse como un instrumento y no como un fin en si mismas”. Son herramientas que si son utilizadas con criterio y valores éticos/morales poseerán un impacto de beneficio sobre las personas.
Paralelamente la presente Diplomatura es tanto en lo personal/social y profesional una actividad educativa novedosa facilitada por las tecnologías actuales, un desafío que permitirá ser actor y espectador de este escenario virtual de aprendizaje.
A modo de cierre, las reflexiones no se agotan sino que recién están germinando las primeras semillas. Queda mucho camino por andar.
Mónica Lafalce
BIBLIOGRAFÍA
Castells, Manuel (1997); La era de la información; Tomo 1: Economía, Sociedad y Cultura; Capítulo 1: “La revolución de la tecnología de la información”.
Castells, Manuel (1997); La era de la información; Tomo 1: Economía, Sociedad y Cultura; Prólogo: “La red y yo”.
Levis, Diego (2004); Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información: “Modelo para armar” en Signo y pensamiento nº 44, Bogotá.
Sociedad de la Información (SI), Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), Redes Telemáticas, Computopía, Paradigma Digital, Informatización de la Sociedad, Cibercultura, Brecha Digital, Mundo Digital, son sólo algunos de los conceptos acuñados en los últimos tiempos que se tornan novedosos en lo personal a la luz del material leído.
La lectura del material teórico inevitablemente conduce a la reflexión y a generar más interrogantes que respuestas. Permite que uno se posicione no sólo como actor sino también como espectador de esta Sociedad de la Información, es decir que sin abandonar el rol de actor se puede observar como espectador aquello que esta aconteciendo desde hace algunos años en el mundo; donde la información, la comunicación y las tecnologías se combinaron dando como resultado profundas transformaciones en todos los ámbitos de nuestras vidas. La historia de la humanidad se compone de un sinfín de hechos, cambios, procesos que en todos los tiempos han generado intensas reflexiones; la diferencia se encuentra en que nosotros somos actores de ésta Sociedad de la Información.
¿Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento son lo mismo? Entre tantos conceptos y teorizaciones ¿se logrará una definición consensuada de la SI? ¿Se alcanzará algún día el ideal de Yonedi Masuda, Computopía? ¿Qué sucedió con “el deseo y compromiso comunes de construir una sociedad de la información centrada en la persona, incluyente y orientada al desarrollo, en las que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento” planteado por la Cumbre Mundial sobre la SI? ¿Por qué hay personas que aún no tienen acceso a estas tecnologías o bien si las tienen no saben como utilizarlas? ¿La Brecha Digital podrá ser reducida? Estos son sólo algunos de los tantos interrogantes que se han despertado en mí como consecuencia de la lectura del material y de autores previamente desconocidos.
El teléfono celular, la computadora, y sobre todo Internet son herramientas tecnológicas que forman parte de mi paisaje cotidiano y que han ido cobrando mayor protagonismo en los últimos 15 años generando cambios en mis hábitos y costumbres. Tanto en lo personal como en lo profesional Internet se ha convertido en la red de comunicación por excelencia sobre todo por la posibilidad que ofrece de acceder a una cantidad ilimitada de información, datos, diversos contenidos; el correo electrónico permite enviar y recibir mensajes en forma rápida así como también estar comunicados con personas al otro lado del mundo al instante a través de las aplicaciones de mensajería instantánea. Hay un hito importante que me gustaría destacar en función de la experiencia personal y tiene que ver con la cantidad de información que hay disponible en Internet. Cuando uno realiza una búsqueda de información, material teórico, o cualquier tipo de dato; aparece ante nosotros una cantidad enorme de vínculos a los que uno puede acceder, lo cuál genera una sensación de mareo, ante tantas opciones y la duda de la fiabilidad o no del material. Esto fue todo un aprendizaje que con el correr de los años me ha permitido ser criteriosa en la búsqueda y selección de información vía Internet; y en esto es en lo que habría que educar a la población, a ser concientes y criteriosos a la hora de navegar por Internet.
Ante este panorama de cambios y avances tecnológicos, la psicopedagogía como disciplina no ha quedado exenta ya que han surgido importantes novedades como son los software de evaluación y tratamiento de las dificultades de aprendizaje, la incorporación de la informática en el trabajo con niños y adolescentes con necesidades educativas especiales y discapacidad, entre otras utilidades. Con respecto a estos temas existen posiciones encontradas ya que para algunos profesionales el uso de las mencionadas tecnologías reemplazan al rol del terapeuta mientras que otros no conciben su práctica sin el uso de la mismas por considerarlas más exactas y precisas. Este dilema también abre nuevos espacios de reflexión, ya que en nuestro país no todos los profesionales tenemos acceso a los mencionados software estandarizados por sus elevados costos económicos así como tampoco se dispone de ellos en los hospitales públicos dónde los recursos son muy escasos sin embargo considero de relevancia aceptar que dichos avances son realidades que hay que tener en cuenta y analizar el impacto de las mismas en profundidad. Un desafío sería lograr una interrelación entre el trabajo clínico psicopedagógico y los nuevos aportes que brindan las herramientas tecnológicas dónde éstas últimas son utilizadas como instrumentos que son con creatividad por parte del terapeuta, de esta manera el rol del psicopedagogo se vería enriquecido. Es por esto que considero de gran importancia tener siempre presente lo que extracta el Dr. Diego Levis de la declaración de los principios de la CMSI “las TIC deben considerarse como un instrumento y no como un fin en si mismas”. Son herramientas que si son utilizadas con criterio y valores éticos/morales poseerán un impacto de beneficio sobre las personas.
Paralelamente la presente Diplomatura es tanto en lo personal/social y profesional una actividad educativa novedosa facilitada por las tecnologías actuales, un desafío que permitirá ser actor y espectador de este escenario virtual de aprendizaje.
A modo de cierre, las reflexiones no se agotan sino que recién están germinando las primeras semillas. Queda mucho camino por andar.
Mónica Lafalce
BIBLIOGRAFÍA
Castells, Manuel (1997); La era de la información; Tomo 1: Economía, Sociedad y Cultura; Capítulo 1: “La revolución de la tecnología de la información”.
Castells, Manuel (1997); La era de la información; Tomo 1: Economía, Sociedad y Cultura; Prólogo: “La red y yo”.
Levis, Diego (2004); Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información: “Modelo para armar” en Signo y pensamiento nº 44, Bogotá.
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